domingo, 14 de agosto de 2011

PATI

Esto me lo ha contado una amiga que se ha visto indirectamente involucrada en el tema, y sé que me va a matar cuando lo lea, pero vale la pena. Es tan loco y retorcido que nadie se lo va a creer, le dije. Es peor que decir que has visto un OVNI, yo qué sé. Vamos allá.


Cuentan que, después de protagonizar la campaña publicitaria de Tampax, Patricia Conde quedó tan contenta de cómo la empresa de tampones la trató, que desde entonces les manda cada mes una muestra de su propia sangre menstrual en señal de agradecimiento.
Por lo visto, a parte de una generosa cifra de seis dígitos que cobró por cada spot, Patricia no contaba con que Tampax le obsequiaría con un surtido de tampones gratis a lo largo de todo ese año. Parece ser que ese detalle (política de empresa) le pareció demasiado, el colmo de la amabilidad, y tuvo que inventarse algo para regalarles de vuelta. Se le ocurrió que lo más honesto era devolverles el resultado de la forma más íntima y pura de su propio producto. Un pedacito de su alma que se escurre mensualmente a través de su vagina de lujo, mandado por correo al departamento de marketing de Tampax.



Lo que hace (lo que los trabajadores de Tampax se imaginan que hace) es extraer el Tampax Pearl utilizado, esponjoso y lleno de chicha, y forzar que caigan un par de gotas de sangre sobre un pañuelo de tela blanco, que luego dobla con mucho cariño en forma de cuadradito de manera que las manchas queden a la vista. El resultado es, en realidad, bastante bello, y por eso en Tampax no se han atrevido de momento a tirar ninguno, con lo que van agrandando una colección de pañuelos "firmandos" por Patricia Conde.
Cuentan que los primeros llegaban con notitas adjuntas en el sobre, comentarios del puño y letra de Patricia, del tipo "¡lo pasé en grande, gracias!" o "así ahora me podréis clonar, jiji" y el dibujo de un corazón o una carita sonriente.


Tampax decidió (debido a que, paralelamente, la campaña estaba teniendo un éxito brutal, se llegaron a concertar reuniones con peces bastante gordos en la empresa únicamente para decidir cómo había que reaccionar ante esa situación) no responder ninguna de esas cartas. La política sobre este tema sigue siendo a día de hoy la de "hacerse los suecos" de manera radical, incluso en el caso de que la propia presentadora saque el tema. Hacer como si ninguno de esos guiños de psicópata hubiese llegado jamás a sus buzones, como si ese tema no fuese con nadie, y seguir cada uno con su trabajo.

Lo peor es que, al funcionar tan bien, decidieron repetir con Patricia para la nueva campaña. Esta vez pagándole el doble. Y desde esta segunda ronda, los pañuelos ya no llegan con manchas, sino con el estampado de unos labios dando un beso. Un beso rojo y deforme.

jueves, 11 de agosto de 2011

ARGUMENTOS PARA PELÍCULAS QUE JAMÁS PODRÉ DIRIGIR

SOLO EN CASA 5
Recuperar el personaje de Kevin interpretado otra vez por Macaulay Culkin en la actualidad. Por alguna razón la familia McCallister se ha arruinado y luego roto, y Kevin es un treintañero perdedor y fumeta. De repente la lía con algún grupo de negratas (les debe un montón de dinero y por algún incidente les hace perder mucho más). Necesita sacar pasta de donde sea o lo matan, de manera que decide entrar a robar en la casa más grande del barrio pijo. Por supuesto, da la casualidad de que es Navidad, y un niño está viviendo a solas por error dentro de la casa. Duelo entre el niño viejo y analógico del siglo XX contra el niño nuevo de la era digital.

ZOMBIE 9/11
Durante los días previos al 11 de Septiembre del 2001, algunos de los trabajadores de una de las Torres Gemelas empiezan a sentirse raros. En la mañana del 11 se destapa el pastel: se trata de una infección, un brote zombie muy agresivo, y todo el edificio se pone histérico. Lo siguiente es el atentado y ya nadie entiende nada de nada. A partir de ahí, la aventura.
He imaginado otras mierdas problemáticas que no fuesen algo tan manido, pero creo que los zombies son la mejor opción para este caso. ¿Vampiros, quizás? No creo.

ROAD MOVIE LOGOS
Una road-movie polvorienta y desfasada por desiertos de Estados Unidos protagonizada por el tipo de Churruca, del Monopoly y de Pringles. Bueno, esta idea igual es más para un sketch o algo así, ¿no? Una vez superada la propuesta, poco más queda. El tipo del logo de Risi sería el mejicano pirado que no paran de encontrarse en los momentos menos oportunos.