sábado, 17 de octubre de 2009

LLUVIA MENTAL

Ai, esas pobres viejas en día de lluvia. Te las encuentras bajo tierra, en el andén del metro, con la espalda mojada, violentamente mojados, y cuando se abren las puertas del vagón empujan desesperadas hacia dentro, pasando totalmente de la orden "dejen salir antes de entrar". Es como si, por venir de una tunda de agua, en su cabeza todavía estuviese pegando la gran tormenta. Es obvio, están bajo tierra, no llueve, pero ese agua de sus espaldas les da la idea de que hay que protegerse a toda costa.
O ese clásico, los peatones que, aun sabiendo que estaba lloviendo pero ya ha parado, siguen andando con el paraguas abierto, totalmente convencidos. No sé, el único agua del que se deberían proteger es el que está en el suelo, no? Por mucho paraguas que abran no les servirá de nada contra esos charcos, esa lluvia ya jugada (eh jeje).

En fin, parece que la lluvia despierta algo mental muy claro en todos nosotros, no? Esos ojos achinados aunque casi no chispee, solo por la idea de que te puedan mojar.
La lluvia abrió este blog, y parece que sigue presente entre estas cuatro paredes; la lluvia, ese gran padre cabrón.

2 comentarios:

  1. La lluvia diluye las cacas de perro que hay en la calle.

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  2. El encogerse de hombros cuando llueve. Es un gesto-paraguas un poco: la idea de un paraguas a falta de un paraguas físico.

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