Por ejemplo los porteros; esos señores que vigilan las comunidades de vecinos durante el día. Detrás de una mesita-búnquer de madera, o dando pequeños rodeos alrededor de su portal. Señores curtidos en la contemplación y el saludo.
¿No os parece que guardan una sólida relación con el cine de David Lynch? ¿No tenéis la sensación como de que siguen los mismos raíles que seguiría cualquier personaje lynchiano, las mismas pautas de comportamiento? Esas miradas perdidas, entre de buey y de persona que, literalmente, ha visto un fantasma. Esos saludos tan marcados, casi militares. Esas frases lapidarias para interpretar. Esa forma de trabajar los silencios entre sentencia y sentencia.
Son características que podríamos decir que son generales en cualquier persona más o menos mayor, sí, pero los porteros lo juegan al extremo. Lo elevan a un nivel de cabeza borradora.
Lo que Xavier no dice es que a él le hubiera gustado ser revisor de tren.
ResponderEliminar-¿Todo correcto?
-¿Los dos viajan a Huelva?
-¿Todo bien?
que bestia. m atrapas amb aquests textos. em provocas un estat de..."i ara cap a on em porta?"
ResponderEliminar(no tinc apostrof en aquest ordenador pk es alemany. no tink c trencada, ni enye. tinc ö,ü,ä i ß. la z esta al lloc de la y cosa que desmenteix la lleyenda de que el que va inventar el teclat es deia Qwerty. O potser aki el va inventar el senyor Qwertz (que sona més austriac) o simplement es tracta d un producte pirata comprat a un chino alemany, que existeixen)
Los porteros me producen también un sentimiento de permanente deuda para con ellos. Cuando entro en una finca con portero, esa mirada, que no se puede sostener... "Mírame. Mira qué me veo obligado a hacer POR TI. Para que tú puedas pasar por aquí, ir a ver a alguien a su casa, yo tengo que renunciar a una vida normal. No... no quiero una propina. Guárdate tu sucio dinero" Esto último lo diría cogiendo las monedas.
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