jueves, 27 de mayo de 2010

METRALLETA DE MAGO

Unas metralletas, va, que siempre van bien para regenerarse, recargar baterías:

1. Esto es en Catalunya Radio:



Hace un par de semanas tuve que acompañar ahí a Noguishe (al que véis en la foto con el Mag Lari). Fue interesante verlos trabajar, y hasta hablé, Fuentes me invitó a meter bulla en la sección de Noguishe. Me presentó como "uno de los Venga Monjas, que hoy viene rapado". Qué coño, no? Si ni el Mag Lari sabía lo que es Venga Monjas, qué iban a saber los oyentes, no? Estos saltos al vacío hechos por portavoces importantes son lo que yo valoro de verdad, ¡bravo Fuentes!
Hey, pero la foto! La foto es lo que quería comentar de verdad. Fijaos, Noguishe y Lari, fijaros en ellos. La verdad es que tienen química. Parecen una versión rara de Melero y Cuní, detrás de ellos, en la tele. Una versión mundana, como del Metro. Parece como si todos estuviesen haciendo lo mismo, dos matrimonios que han quedado para enseñarse fotos del viaje, ¿no es maravilloso?
Lari está mirando fotos de sí mismo, ¿harían lo mismo Melero y Cuní? ¿estarían mirando fotos de ellos mismos, divertidos? ¿o más fotos del Mago?
















2. Las obras del AVE, ese infierno. Mar de polémicas:



Esto lo descubrí ayer; entre los infinitos grafitis de protesta nos encontramos con un valiente que apoya esta empresa. Qué caray! "AIXÒ ES EL VOSTRE GRAN PROJECTE", ESTO ES VUESTRO GRAN PROYECTO.
Tal como está escrito, con pintura de spray, quizás parece un reproche, algo dicho a mala leche, pero imaginároslo en una valla subvencionada. ESTO ES VUESTRO GRAN PROYECTO, EL VUESTRO, EL DE TODOS. ¡ADELANTE!
Yo digo... ¡bravo de nuevo!



3. Para terminar, un puñetazo:


Lo he visto hoy, colgado por alguna pared de mi universidad.
Ojalá pudiese empezar de cero este blog, y que esta fuese la foto del título. Ojalá pudiese esto ser la imágen de mi día a día, de mi mente. Que la mirada de este tipo fuese mi alma, fulminante.
Un tercer bravo.

viernes, 21 de mayo de 2010

CUEVAS, AGUJEROS HÚMEDOS

Esto salió el otro día mientras editábamos, hablando a lo mongolo:

"Lo tuvimos que echar del grupo, al guitarra. Sí, era muy buen tío y lo que quieras, pero el cabrón nos robaba material, se llevaba cosas del local de ensayo."

A Esteban se le ocurrió decir que robaba básicamente los paneles de enchufes, de esos que te permiten ganar diez enchufes con uno solo. Esto:


El guitarrista mangui se llevaba estos paneles, y eso jodía mucho porque entonces sólo se podía conectar una cosa cada vez...
De repente nos dimos cuenta de que estos aparatos se llaman "lladres" en catalán, ladrones. Vete a saber por qué se llaman así, ladrones, pero es lo que hay.
"El cabrón nos robaba los ladrones... NO, no robaba a los ladrones, ÉL ERA el ladrón... No, no, sí, pero se llevaba los ladrones, el aparato, LOS LADRONES... ÉL ERA EL LADRÓN JODER."
Sin quererlo nos metimos en una cueva bien negra y fea de significado, una cueva sin salida.

lunes, 10 de mayo de 2010

SADDLE CLUB

Vamos a por El Club de la Herradura, la serie esa de niñas con casco.



Series para niños de Australia, de las que entran de coña cuando a uno le sobra tiempo en la sala de espera del aeropuerto.
Dentro de su gilipollez de sobremesa, estas series siempre entrañan retos curiosos: niños actores, animales... También suelen cumplir siempre con los clichés argumentales: tres protagonistas (uno de ellos un poco desastre, pero muy entrañable), un adulto enrollado, un adulto seco, y un niño cabrón. Y ahí es donde quería llegar, al personaje del pequeño hijo de puta, el pijo que siempre está intentando joder el karma de esa sociedad, con lo que habitualmente hace el mal porque sí, como si fuese algo genético. Para ello, normalmente necesita ser bastante retorcido, anticiparse a ciertos movimientos, fingir, calcular... En el caso del Saddle Club, hablamos de VERONICA:


Mirando un capítulo el otro día llegué a una cruel conclusión.
Por comodidad, los personajes que nos caerán mejor serán tres protagonistas. No queda otra, la historia va con ellos. Esto hace que luego, como actores, reciban mayor reconocimiento, generen más afición, y ni que sea por una cuestión de cantidad de metraje, su caché tiene que ser más alto que el del resto de reparto. Estamos hablando de culebrones para niños, sin grandes giros, historias simples con cada cosa en su sitio, con lo que la respuesta por parte del público habitualmente es igual de previsible.
Lo no tenemos en cuenta es que al actor que interpreta al niño cabrón se le plantea un doble reto: ser suficientemente brillante como para caer realmente mal. Es decir, los protagonistas simplemente tienen que conocer el Bien, pero el actor del niño cabrón debe conocer también el Mal, y hacerse amigo de él para poderlo domar. Está sometido a un mayor estrés, a un contacto más crudo y real con la esfera adulta (la esfera del odio, de lo retorcido, de las puñaladas traperas...), pero nunca sin olvidar que en el fondo es un niño, un menor cándido. Para luego recibir la mitad del reconocimiento que reciben sus colegas. Tiene que soportar esa cruz, ser un actor de verdad en todos los sentidos.
Se ve obligado a trabajar múltiples capas de interpretación para poder hacer bien su trabajo, que precisamente consiste en generar rechazo. ¡Decidme si eso no tiene mérito! ¡BRAVO POR VERONICA!

PD: los peores temores se hacen realidad en la canción de los créditos finales de cada capítulo, en el que vemos a las niñas como ellas mismas, cantando en un estudio de grabación, y en imágenes furtivas del rodaje. Es el único momento en el que Veronica se puede mostrar como persona normal, inofensiva, y aun así recibe cierto rechazo; ni en ese momento hay huevos de darle el abrazo que se merece.

miércoles, 5 de mayo de 2010

CUANDO SE ESCAPÓ

La reacción de los conductores al ver el Tiranosaurus era de un pánico tan puro que la mayoría ponía la marcha atrás y escapaba a toda velocidad sin ni siquiera mirar por el retrovisor.
Cuando por fin capturaron al animal, todos los recuentos indicaron que, más que el T-Rex, lo que se cargó a más ciudadanos fue esa reacción.
Hubo un coche tan loco que llegó a meterse bien adentro del Sephora, imagínate.
Imagina todas las capas que tienes que reventar para meter un coche ahí.

lunes, 3 de mayo de 2010

SERLING

Vamos a hablar de una puta vez de Serling.


Hacer un Serling.
Igual que en su día acuñamos el término "hacer un Bruguera" para esos pequeños cantos a la vida desenfadados, ingenios repentinos de publicitario de los setenta. Ahora me gustaría forjar el concepto de hacer un Serling. Hacerse el interesante de una forma loquísima, pulp.
Algo que lleva obsesionándome desde pequeño, una debilidad, un trauma: The Twilight Zone, La Dimensió Desconeguda. Estas historias cortitas de novela barata que con el tiempo han dado pie a actualizaciones como, por ejemplo, Lost. Tan pequeñas y a la vez suculentas, marcadas narrativamente tanto por el ritmo de las pausas publicitarias de esa época (antes de cada pausa había que enseñar o desvelar algo acojonante, lo que te garantiza unas dos buenas sorpresas más el gran giro final), como por el modesto presupuesto con el que debían contar (siempre son historias en una sola habitación, en el desierto, decorados...). Tenían que ir al grano, dejarse de hostias, cortar bien recto.
Por esta razón cada capítulo empieza con una introducción y terminaba con un epílogo del propio Serling (creador de la serie) en persona. El cabrón aparece de cualquier rincón para dirigirse a la cámara y aclarar cuáles van a ser las reglas del juego ese día. Cuanto más loca sea la situación, más a gusto se lo ve. El muy cínico aparece siempre fumándose un cigarro, sabiendo todo lo que pasará, feliz de tener nuestros huevos en su puño.


Ahí se descubre el lenguaje Serling, una forma de expresarse elegante pero directa, tajante. Metáforas de serie B, de tabaco barato. Ahí es donde creo que se puede picar, excavar hasta encontrar perlas aplicables a todo:

- Ya puedes ver el cartel de tu próxima parada: la Dimensión Desconocida.

- Acabó uniéndose al circo.

- Para saber más de este caso tendremos que buscar en la "L" de Locura, en los archivos de la Dimensión Desconocida.


Esa idea de burocratizar la demencia, no? Todo dicho con la seriedad de un director de escuela jesuita, la seriedad de un abogado.


También es muy dado a algo que me enloquece, que es proporcionarnos datos concretos como agujas del personaje en cuestión. Nos enseña las cartas de la partida, las cartas Serling.

- Jim Hoodrow, 43 años, viudo. Quiso darse una vuelta por los confines de su propia mente... y jamás regresó.

- Theresa Mathees, 24 años, reclusa en la prisión para mujeres de Phoenix, acabará descubirendo que los únicos barrotes que la retienen... son los de su propia memoria.

- Richard Kooner, matemático jubilado, todavía no lo sabe pero está a punto de enfrentarse al último puzzle de su vida, el más difícil de todos, el más antiguo.



Y mis favoritos, los capítulos de parejas, que siempre están empezando un viaje.

- Thomas y Jane Todshear, recién casados y de camino a Las Vegas en su viaje de luna de miel. Lo que no esperan, lo que no estaba planeado, es que antes de llegar cogerán un desvío que no está en el mapa. Un desvío hacia lo que nos gusta llamar... la Dimensión Desconocida.

LOS DESVÍOS, MENUDA OBSESIÓN GUARRA DE ESTE VIEJO ZORRO, OS LO ASEGURO.