jueves, 8 de octubre de 2009

BONITAS

Esto pasó el otro día, en mi primera clase de Marketing Estratégico. El profesor utiliza una de esas pizarras blancas que sólo admiten un tipo de rotulador, ¿sabéis? No la pizarra verde clásica de tiza, no, una cosa más moderna, más ligera, más de brainstorming, no? El caso es que el hombre dibujó una ralla vertical para iniciar algún esquema, pero vio que el rotulador en cuestión era de baja intensidad, lo tenía casi gastado. Así que borró esa ralla y siguió con la clase.
Qué bonito, no? Una ralla en su propio límite; a ver si me explico, la línea era casi invisible, de manera que se podía haber quedado ahí, los alumnos de las últimas filas seguramente ni la percibían. Pero a la vez era lo suficientemente visible como para incomodar al profesor y tener que borrarla. No repasarla con un rotulador más fuerte, no; eliminarla.
Lo que le dio más empaque a la jugada fue que en ese instante el tío se alejó temporalmente la pizarra. Tenía más rotuladores, pero tardó un buen rato en recurrir a la pizarra otra vez, como si esa ralla hubiese significado un pedo mudo, una yufa, y tuviese que despistar dirigiendo nuestra mirada hacia otro punto de la clase.
No sé, por un segundo pensé que el tío se quedaría paralizado, procesando todo lo que acababa de hacer, y de repente sonreiría mucho para decirnos “después de esta pequeña poesía pienso que no hace falta que sigamos con la clase de hoy, no creéis? No creo que pueda enseñar nada mejor que esto. Ella sí que nos ha dado una buena lección, dejémoslo por hoy y disfrutemos de toda esta belleza que nos rodea”.

3 comentarios:

  1. la linia divisoria...la linia y la brisa del pan. la belleza es tu cabeza.guay, joder.

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  2. Totalmente tú. De una raya casi invisible un texto incapaz de ser inadvertido. Molt bé maca.

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  3. eo esto es muy mamut, no? http://www.youtube.com/watch?v=Q5im0Ssyyus

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