DESDE TU CAMA

Desde tu cama, hablas con alguien por teléfono. Has adoptado una de esas posturas absurdas de pura pereza, tus piernas echadas hacia arriba y puedes ver los dedos de tus pies a una distancia extraña, con el techo de tu habitación de fondo, los tienes alejados de esa forma que permite analizarlos objetivamente. Eres tan feliz de no tener que hacer nada que necesitas compartirlo con tu amiga.
Pero ella esta en plena calle, muy abrigada, en una mano sostiene tres bolsas y con la otra está intentando teclear su contraseña en un cajero automático. Tiene el cráneo totalmente pegado a su hombro por poder hablar contigo y eso le duele. Le está doliendo hablar contigo y tú le respondes con largas pausas, sin llegar a ningún lugar concreto. Te pide que vayas al grano por favor justo cuando descubre que la mochila que estaba aguantando entre sus botas ha desaparecido. Joder, la mochila cruzada del ordenador portátil, ya no está. Joder, alguien, en el centro de la ciudad, acaba de robar a tu amiga aprovechando el lío en el que está metida.
Ella empieza a llorar y tú como mucho te has incorporado. Intentas arreglarlo pero acabas despidiéndote. Desde tu cama, terminas diciéndole "bueno, un besito" y ella es quien cuelga.
Te sientes como una TONTA.