Los espermatozoides, claro, enloquecen. Salen a la calle a por todas, como si hubiesen derrocado al rey. El titular en todos los periódicos es este:

Todas las avenidas son una puta fiesta, como un fin de año extremo. Se emborrachan de éxito, es el Día de la Fertilidad.
Al hombre en cuestión se le genera un embarazo en los cojones y, por supuesto, terminan explotando.
Los espermatozoides sabían que eso significaba una victoria, pero nadie les había hablado de las consecuencias. En fin.
vrabo
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