Hoy sí que voy a por el profesor, sin distracciones. ¿Os acordáis de este tío?


Apuesto a que sí. Ese profesor de mi facultad, el tío se va creciendo según nos acercamos al final del curso. Me he fijado que su pantomima (esa mierda sobreactuada de profesor de mirar con compasión a los alumnos y decir "ay... te deseo suerte en el Mundo Real!" o "madre mía, no me quiero imaginar qué será de vosotros cuando salgáis de esta Disneylandia", ese hacerse el showman, el comentario agudo de solitario entrañable... incluso hacer bromas del Barça como un viejo lobo que ya lo ha visto todo)... me he fijado que todo es mucho más exagerado según el número de chicas guapas que hay en clase. El hecho de que haya tantas veinteañeras con aspecto de modelo profesional agresiva parece que lo excita a forzar su ilusión de que está guiando un rebaño, siguiendo con esa idea de adiestrar con una vara, llamándolas "pequeñas", suspirando a cada paso como una señora mayor.
Bien, pues en este clima de harén inconsciente, el tipo soltó una buena pastilla. Habló de San Valentín como ejemplo de un tipo de promoción de ventas, un momento del año en el que los centros comerciales se ponen fuertes durante tres días. Y como nota a pie de página, soltó una "aunque yo, qué queréis que os diga, por San Valentín una patada en el culo y listos". Una de sus provocaciones anti-APA que escandalizó, ya no por lo provocativo, sino por su locura gratuita. "Sí, sí, no me miréis así... que a ella también le gustaría regalarme otra patada, eh!", contestó.
UNA PAREJA QUE, EN FECHAS SEÑALADAS, TIENEN PACTADO PEGARSE UN BUEN PUNTAPIÉ EN EL CULO, INCLUSO CON CARRERILLA Y LA LENGUA FUERA. UNA PATADA ESFORZADA Y DIRIGIDA. UN BUEN PUÑETAZO EN EL ANO, ¿QUÉ SE QUIEREN DEMOSTRAR?
El tío quería darnos a entender lo que hacen los años en una relación, la rutina, el Mundo Real otra vez... pero...