Vamos a por El Club de la Herradura, la serie esa de niñas con casco.
Series para niños de Australia, de las que entran de coña cuando a uno le sobra tiempo en la sala de espera del aeropuerto.
Dentro de su gilipollez de sobremesa, estas series siempre entrañan retos curiosos: niños actores, animales... También suelen cumplir siempre con los clichés argumentales: tres protagonistas (uno de ellos un poco desastre, pero muy entrañable), un adulto enrollado, un adulto seco, y un niño cabrón. Y ahí es donde quería llegar, al personaje del pequeño hijo de puta, el pijo que siempre está intentando joder el karma de esa sociedad, con lo que habitualmente hace el mal porque sí, como si fuese algo genético. Para ello, normalmente necesita ser bastante retorcido, anticiparse a ciertos movimientos, fingir, calcular... En el caso del Saddle Club, hablamos de VERONICA:
Mirando un capítulo el otro día llegué a una cruel conclusión.
Por comodidad, los personajes que nos caerán mejor serán tres protagonistas. No queda otra, la historia va con ellos. Esto hace que luego, como actores, reciban mayor reconocimiento, generen más afición, y ni que sea por una cuestión de cantidad de metraje, su caché tiene que ser más alto que el del resto de reparto. Estamos hablando de culebrones para niños, sin grandes giros, historias simples con cada cosa en su sitio, con lo que la respuesta por parte del público habitualmente es igual de previsible.
Lo no tenemos en cuenta es que al actor que interpreta al niño cabrón se le plantea un doble reto: ser suficientemente brillante como para caer realmente mal. Es decir, los protagonistas simplemente tienen que conocer el Bien, pero el actor del niño cabrón debe conocer también el Mal, y hacerse amigo de él para poderlo domar. Está sometido a un mayor estrés, a un contacto más crudo y real con la esfera adulta (la esfera del odio, de lo retorcido, de las puñaladas traperas...), pero nunca sin olvidar que en el fondo es un niño, un menor cándido. Para luego recibir la mitad del reconocimiento que reciben sus colegas. Tiene que soportar esa cruz, ser un actor de verdad en todos los sentidos.
Se ve obligado a trabajar múltiples capas de interpretación para poder hacer bien su trabajo, que precisamente consiste en generar rechazo. ¡Decidme si eso no tiene mérito! ¡BRAVO POR VERONICA!
PD: los peores temores se hacen realidad en la canción de los créditos finales de cada capítulo, en el que vemos a las niñas como ellas mismas, cantando en un estudio de grabación, y en imágenes furtivas del rodaje. Es el único momento en el que Veronica se puede mostrar como persona normal, inofensiva, y aun así recibe cierto rechazo; ni en ese momento hay huevos de darle el abrazo que se merece.
lunes, 10 de mayo de 2010
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por lo que se ve es muy de empujón esta niñita
ResponderEliminarVaya caídas del caballo ¿no? menudos volatines. No hacía falta tanta hostia.
ResponderEliminarlo curioso es que las "buenas" de esta serie serian las "malas" en otra serie infantil mas "proletaria" , de esas de colegio pobre..
ResponderEliminarPor lo tanto, la "mala" de esta serie pasaria a ser doblemente malvada, vamos, un autentico monstruo (¿o se dara la vuelta todo?)
bueno...si vas seguint la serie veuràs que hi ha un canvi físic molt gran d'una temporada a una altra. I comencen a tenir novios i coses així.
ResponderEliminarI es EL CLUB DE LA HERRADURA, home! en Disney Channel
Yo siempre lo veo cuando voy a casa de unos amigos. También consumimos marihuana.
ResponderEliminarEl club de la ranura.
De Disney Channel nuestra preferida es "Un gran mundo pequeño" Es una serie/documental/reality sobre una familia de acondroplásicos.. Tienen dos hijos mellizos: Uno es enanete y el otro no lo cual provoca a situaciones de mucha risa y lloros.
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