Mirad, hay un colectivo Amish en Barcelona, en una zona de estas del extrarradio.
La cosa es que de alguna forma consiguen dejar sin cobertura a todo su barrio. Como un campo de fuerza que cubre kilómetros, te pongas a la altura que te pongas. En su lucha contra los avances tecnológicos, le han aplicado una vasectomía a la comunicación de todo ese perímetro.
No sé, un trabajo de puto hacker, que ni el propio Ayuntamiento se explica cómo demonios lo han conseguido. "Estas putas ratas van de anti-teconología pero al final dominan más que nadie, ya te digo!", se oye comentar a algún guardia municipal, entre manifestaciones de vecinos.
jueves, 4 de junio de 2009
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Manifestaciones de repulsa. De repulsa magnética.
ResponderEliminarUna vasectomía, las comunicaciones como algo orgánico, glandular. Que vengan a instalarte un router con forma de hígado o bazo, húmedo y palpitante. Que luego se cuele un amish en tu casa mientras duermes y le pince un nervio, y ya no funcione. Una simple pinza de la ropa, no necesitan saber más.
(He mirado en gúguel y me siento confuso acerca de eso de que me parezco a Albert Om)
Un amigo con vocación empresarial dice que es una gran oportunidad para hacer dinero, vender a los pequeños amish transistores de bolsillo, cepillos de dientes eléctricos y secadores del pelo a la salida del colegio, todo a pilas. Claro que entraña su riesgo, pero dice que ha hecho números y el negocio puede ser redondo y que si lo linchan habrá sido en beneficio de la ciencia.
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